Rodeado
de inmensas rocas, estas estaban cubiertas de una capa de densa niebla, me
sentía como una hormiga viendo el paisaje frío, una hormiga viendo su
alrededor.
En
la parte del sur, antes de llegar al lago azulino que dormía tranquilo ahí, se
hallaba la más grande de las rocas de ese lugar, me pregunté sobre las
consecuencias de un sismo, uno que lograse mover tremendas masas de grafito y
arena, el pueblo que yace bajo ello quedaría cubierta como lo es el ataúd
mientras lo entierran. Al frente de la masa de roca, yace una secuencia de
verde pálidos cerros, se cree que cada primer día de cada agosto, al caminar
sobre estas tierras, se enciende una aureola de llamas de colores, bajo la
superficie de estas, se encuentra un tesoro, que se cree serían las enormes
masas de oro que los españoles dejaron mientras
recogían, en espaldas de los desafortunados indígenas al morir uno de estos
últimos.
Al norte de esta
secuencia de cerros, se encuentra una roca de aspecto particular, su forma
permitió por mucho tiempo hacer de rústicas escaleras a los habitantes del
pueblo, el costo es el esfuerzo que demanda subir una cuesta tan pronunciada
como esta. Yendo más al norte, se encuentra una de las rocas que más me
fascinaron, es una roca de aspecto cuadrado, con tal pendiente, si yo me paraba
sobre la cima, podía ver casi en ángulo recto la superficie inferior, aún no
creo como algún desesperado suicida no pensó tirarse de aquí, seguramente su
sufrimiento terminaría apenas en un instante.
Al norte de todo
esto, yace un pequeño lago formado por
el llanto de las masas de hielo perpetuo que sobre sus tranquilas aguas
sostiene gaviotas de admirable valor puesto que la temperatura de dicho lago
bordea el cero en la escala celcius.
Lo más imponente de
este lugar, es sin lugar a dudas, la parte elevada de lo descrito
anteriormente, en ella, yacen una eternas nubes que hacen de sombrero a la
inmensa cadena de montañas cubiertas de blanco hielo, dicho lugar es llamada
"El ara de la eterna niebla".
Sea cual fuese la
temporada, las eternas nieblas se niegan a dejar su ara, generaciones enteras
de vida ven pasar sus años viendo el mismo ciclo de lluvia y nieve del lugar.
No era de sorprender
que dicho lugar sea escenario constante de mis sueños de infante y hasta ahora,
cautiva mi imaginación de tal manera que creo que el nombre que se le dio al
lugar, no le queda corto.
SB7