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Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2015

ATENCIÓN NENA, QUE SOY TU AMOR.

Les Brown y su hermano gemelo fueron adoptados por Mamie Brown, criada y ayudante de cocina, poco después de su nacimiento en un suburbio miserable de Miami. Debido  a  su  hiperactividad  y  a  su  jerigonza,  tan  incesante  como incomprensible,  Les  recibió  clases  de  educación  especial  para  discapacitados, tanto  en  la  escuela  primaria  como  en  la  secundaria. Al  graduarse,  empezó  a trabajar  en  las  playas  de  Miami  como  barrendero,  pero  su  sueño  era  llegar  a convertirse en disc jockey. Todas  las  noches  solía  acostarse  con  una  radio  pegada  a  la  oreja  para escuchar a los disc jockey locales y vivía tan apasionadamente su vocación que creó  una  emisora  de  radio  imaginaria  en  su  diminuta habitación.  Un  cepillo para el pelo hacía las veces de micrófono mientras  Les presentaba los discos a su auditorio de fantasmas. Su madre y su hermano, que podían oírlo a través delas delgadas paredes, solían gritarle que cerrara la boca

EL NIÑO

Una vez un niño fue a la escuela. Un niño muy pequeño. Y la escuela era muy grande. Pero cuando el niño Descubrió que podía ir a su aula Con sólo andar en línea recta desde la entrada, Se sintió feliz. Y ya no siguió pareciéndole que la escuela Fuera tan grande. Una mañana, Cuando el niño ya llevaba un rato en la escuela, La maestra dijo: «Hoy vamos a hacer un cuadro». «¡Qué bueno!", pensó el niño, Porque le gustaba hacer cuadros. Podía hacerlos de todas clases: De leones y tigres, De gallinas y vacas, De trenes y barcos... Y sacó sus lápices de colores Y se puso a dibujar. Pero la maestra le dijo: "¡Espera! ¡Aún no es el momento de empezar!". Y esperó hasta que todos estuvieron listos. «Ahora", dijo la maestra, «Vamos a hacer flores—. «¡Qué bien!», pensó el niño, Porque le gustaba hacer flores, Y empezó a hacerlas, hermosas, Con sus lápices rosados, anaranjados y azules. Pero la maestr

El secreto de la felicidad

Los Jardines Colgantes de Babilonia Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto de la Felicidad. El joven anduvo durante cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso castillo, en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio que buscaba. Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en  los rincones, una pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de aquella región del mundo. El sabio  conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que le atendiera. El sabio escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas más tarde. Pero quiero pedirte un favor-  añadió el sabio entre