[Adaptación]
[...
Luego de verla, me apresuré a abordarla. Nunca sentí más vivo el corazón ni pasos que hagan que de suspiros se llene mi alma.
[...
Luego de verla, me apresuré a abordarla. Nunca sentí más vivo el corazón ni pasos que hagan que de suspiros se llene mi alma.
- Yo te
amo, Jazmín -le dije.
Ella me
miró sin sorpresa, soltó una tímida sonrisa que se posó en sus mejillas.
- Daniel
Isaac -al fin respondió-, usted no me ama, la mujer que busca no soy yo. Usted
ama a un rayo de luna, a algo etéreo e intangible, a algo que nunca se
manifieste para que no pueda defraudarle. Ama a un sueño, a un imposible, a un
vano fantasma de niebla y luz. No, no me ama a mí. Pienso que soy una dulce
ilusión que creó su mente en un momento de ciego delirio.
- Nunca
tal rayo de luna erizó de tal forma los vellos de mi piel como fue al verla. No
me culpes por delirar, porque amor sin locura es sol sin calor. Y yo te amo con
locura. Si amo un sueño, ese sueño eres tú.
- Te he
observado y he notado que no miras a nadie como a la luna; Inmóvil, casi como si flotaras. He visto su reflejo en tus pupilas y nunca vi pupilas
más brillantes que ésas. He visto tu sonrisa al mirarla y a la luna sonreírte.
Te confundes al decir que me amas porque a la única que amas es a la luna y el
día que ames a alguien más que a la luna dirás al fin con verdad: Yo te amo.
-Dicho esto, se marchó.
Observé la luna muchas noches luego, pero nunca más encontré a alguien con quien mirarla sin decir nada y sin embargo decirlo todo. Es común conectar cuerpos y pensamientos, pero conectar almas es como ver estrellas fugaces, algo tan repentino y escaso de ver.
... ]
Fragmento de "Las ranas también miran a la luna" de Daniel Isaac
Adaptación
de una carta de Julia Espín para Gustavo A. Bécquer.